Consejos para enseñar a caminar a un bebé

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Consejos para enseñar a caminar a un bebé

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A partir del año, aproximadamente, la mayor parte de bebés ya está listos para aprender a andar. Muchos de ellos se lanzan por sí solos a dar sus primeros pasos; mientras que a otros, quizás por inseguridad, les cuesta cuesta un poquito más. En cualquier caso, la ayuda de los papás y las mamás en este importante momento es fundamental. Por eso desde Escuela Peques queremos dejarte algunos consejos para enseñar a caminar a un bebé.

Cómo enseñar a caminar a un bebé

La primera pregunta que se hacen los padres y madres de los pequeños de nuestra guardería es cuándo es el momento indicado para enseñar a caminar a un bebé. Ese será cuando aprecies que tu hijo o hija ya tiene la capacidad de quedarse de pie durante un rato, que empieza a moverse agarrado a los muebles y a la pared y que tiende las manos a fin de que le lleves andando de un lado a otro. Llegados a este punto, no hay duda: tu bebé está preparado para aprender a andar.

Para ayudar al bebé a erguirse, puedes utilizar una banqueta. Te pones de pie detrás de ella y enseñas a tu hijo su juguete preferido para que lo coja. En el momento en que llegue gateando hasta donde estás tú, utilizará la silla como apoyo para ponerse en pie.

Otro consejo que te damos es que dejes a tu bebé caminar descalzo por la casa. Esto va a hacer que mejore su equilibrio y su agarre al suelo, lo que le va a dar más confianza. Es complicado que un bebé comience a andar calzado debido a la dificultad de encontrar zapatos que se adapten perfectamente a su pie.

También puedes estimular a tu pequeño con un divertido corrrepasillos. Jugando con él, podría dar sus primeros pasos agarrándose al juguete sin darse cuenta. Con un correpasillos o juego similar, se van a sentir más seguros para cuando llegue el instante de soltarse.

Si ves que tu hijo no se lanza a caminar con los trucos anteriores, llega el momento en que te pongas a intentarlo con él.  Sitúate detrás de él, dale las manos y elevas sus brazos. Poquito a poco,  muévelos hacia delante y reemplaza tus manos por un dedo. Y así cada día hasta que suele tu dedo del todo.

Después de muchos intentos y caídas, juntos lo acabaréis consiguiendo. ¡Verás como tu pequeño no para quieto! Y si tienes alguna duda, habla con los profes de nuestra escuela infantil. Te ayudaremos en lo que necesites.

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